El salmón desde otro punto de vista

El salmón es un pescado muy popular y apreciado por su sabor único y sus numerosos beneficios para la salud. Sin embargo, a la hora de comprar salmón, es importante poder distinguir y reconocer un producto de calidad. Es un pescado rico en proteínas de alta calidad, minerales esenciales como el yodo, el magnesio, el fósforo, el selenio, el hierro y el calcio, y vitaminas como la vitamina D. Su consumo regular puede reducir el riesgo de enfermedades crónicas y proporcionar diversos beneficios para la salud. Se considera un pescado azul debido a su contenido relativamente alto de grasa en comparación con los pescados blancos. La cantidad de grasa en el salmón generalmente oscila alrededor del 10% de su peso total. Al comprar salmón, es fundamental tener en cuenta ciertas características que indican su frescura y calidad. A continuación, te presentamos algunos aspectos clave a considerar:

Color: El color del salmón es uno de los indicadores más importantes de su calidad. Un buen salmón fresco debe tener un color rosado o anaranjado claro, con una textura fresca y ligeramente brillante. Evita los salmones que presenten un color opaco o apagado, ya que esto puede ser un signo de falta de frescura. Olor: El olor del salmón también es un factor determinante. Un salmón fresco debe tener un olor suave y fresco, sin ningún aroma desagradable o a pescado. Si detectas un olor fuerte o desagradable, es mejor evitar ese producto, ya que podría indicar que no está en óptimas condiciones. Apariencia: Observa detenidamente la apariencia del salmón. Las líneas blancas finas a lo largo del filete son un indicio de frescura. Si el salmón presenta manchas o decoloraciones, es mejor elegir otra pieza. Además, verifica que la carne tenga una consistencia firme y sin viscosidad, lo cual es un signo de calidad. Textura: La textura del salmón es otro aspecto a considerar. Al presionar suavemente la carne con los dedos, esta debe ser firme y regresar rápidamente a su forma original. Si la carne queda hundida y recupera su forma lentamente, puede ser un indicio de que el salmón no está fresco.

Otra cuestión que nos preguntan mucho en la pescadería: ¿salmón fresco o congelado? A menos que te indiquemos en la pescadería su procedencia natural, lo más probable es que el salmón suela estar previamente congelado. El pescado así está bien. La congelación instantánea, que a menudo se realiza en el barco, conserva todos los nutrientes del pescado y la mayor parte de su sabor. En algunas ocasiones verás que puedes comprar salmón cocinado a baja temperatura, que proporciona una textura suave y un sabor incomparable, conservando todos los beneficios nutricionales del salmón. Nosotros, no obstante, preferimos la primera opción. En nuestra pescadería, el salmón y los productos derivados de él, se elaboran a partir de salmón criado en piscinas de mar abierto en Noruega, Escocia e Irlanda, que generan un hogar que recrea las condiciones de su hábitat natural y fomenta su bienestar. El salmón es criado respetando su tiempo natural de crecimiento para poder obtener un producto único de máxima calidad.

Prepárate ahora para un par de recetas diferentes con salmón:

Ensalada con salmón ahumado y cítricos:

El salmón, que se caracteriza por su gran versatilidad, combina muy bien con sabores cítricos. Para preparar esta ensalada de salmón ahumado y cítricos, utiliza un salmón suave reducido en sal, junto con naranjas de la temporada. Luego añade el toque final con la menta y las hojas de eneldo. Para esta receta necesitarás: 2 naranjas de mesa, 2 naranjas sanguinas, 1 pomelo, 160 g de salmón suave, hojas de canónigos, 1 pepino, hojas de menta y eneldo fresco

Prepara la vinagreta mezclando todos los ingredientes en un cuenco y reserva. Para la ensalada, pela las naranjas y el pomelo y corta en rodajas finas, si las rodajas son muy grandes, córtalas luego a la mitad. Dispón en un plato para servir los cítricos, intercalando con rodajas de pepino, hojas de canónigos y las lonchas de salmón. Espolvorea unas hojas de menta y eneldo y termina con la vinagreta.

Crepes de espinacas con salmón

Añadir espinacas a la masa de las crepes es una forma fácil y divertida de incluir verdura a los platos. Si además se le añade un relleno sabroso y nutritivo como el salmón, se convierte en una receta muy completa y rica en proteínas. Este plato se prepara en 40 minutos con el salmón congelado. Para la masa de las crepes necesitarás: 125 g de harina, ½ cucharadita de sal, 250 ml de leche semi desnatada, 2 cucharadas de agua, 25 ml de aceite de oliva, 2 huevos y 100 g de espinacas baby. Para el relleno: 300 g de lomos de salmón congelado, sal y pimienta, 1 limón, 100 g de crème fraîche, hojas de espinaca frescas y hojas de eneldo

Coloca todos los ingredientes para las crepes en una batidora de vaso y licua hasta obtener una mezcla homogénea. Deja reposar en la nevera durante 30’. Mientras, cocina el salmón en papillote, colocando el lomo con la piel hacia abajo sobre una hoja de papel vegetal o papel aluminio. Añade sal y pimienta al gusto y unas rodajas de limón. Hornea a 190ºC durante 15’ y retira para dejar enfriar un momento, antes de desmigar el lomo de salmón con la ayuda de un tenedor. Una vez reposada la masa de las crepes, calienta una sartén antiadherente a fuego medio y derrite un poquito de mantequilla. Retira el exceso con un trocito de papel absorbente. Reparte un poco de la mezcla de las crepes por toda la superficie de la sartén, moviéndola para que quede una crepe fina. Cocina durante 1’ a 2’ hasta que esté dorada. Dale la vuelta a la crepe con una espátula y termina de dorar por el otro lado. Continúa con toda la mezcla hasta tener todas las crepes listas. Por último, unta las crepes con la crème fraiche  y termina la crepe con el salmón desmigado y unas hojas de espinaca.

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