El salmón salvaje de Alaska es uno de esos alimentos que lo tiene todo: sabor auténtico, una composición nutricional excelente y un impacto positivo en el planeta. A diferencia del salmón de piscifactoría, crece en libertad, se alimenta de forma natural y se pesca de manera respetuosa con el entorno. Pero, ¿cómo aprovechar todos sus beneficios para la salud y por qué su forma de pesca marca la diferencia? En principio, ya sabemos que comer pescado es esencial para llevar una dieta saludable y rica en nutrientes, entonces el pescado azul adquiere aquí gran importancia: es el más rico en ácidos grasos omega-3, con un gran poder antiinflamatorio y necesario para mantener las membranas celulares sanas, entre otros beneficios. En esencia, dentro de los pescados más ricos en omega-3 tenemos el salmón. Aunque en función del tipo de salmón que consumas conseguirás aprovechar en mayor o menor grado sus beneficios. Dejando de lado que ambos son saludables, nada tiene que ver el salmón de piscifactoría con la versión más saludable que hay: el salmón salvaje de Alaska.
Por disponibilidad y precio, el salmón que consumimos la mayoría de las veces, proviene de piscifactoría. Esta es la razón por la que nosotros aconsejamos que, de vez en cuando, alternes un un salmón de otra calidad. A nosotros nos gusta especialmente el salmón salvaje de Alaska, que se captura de manera sostenible en mar abierto y respetando el medioambiente. Una de sus grandes ventajas del salmón salvaje es su perfil nutricional. Este salmón es muy rico en nutrientes, especialmente en ácidos grasos omega-3, que sabemos que tienen un gran potencial antiinflamatorio y son muy importantes para nuestra salud cognitiva y cardiovascular, entre otras cosas. También es muy rico en otros nutrientes como: proteínas de buena calidad, zinc, selenio, yodo, hierro, vitamina D, vitamina B12 y otros micronutrientes muy importantes para nuestra salud.
El salmón salvaje de Alaska vive de manera natural en el golfo de Alaska y se alimenta de lo que el mar le provee (marisco, plancton, crustáceos…). Se diferencia principalmente del salmón de piscifactoría por su color. El salmón de Alaska tiene un tono mucho más intenso, rojo brillante, mientras que el de piscifactoría suele ser mucho más pálido. Este color más rojizo se debe principalmente al contenido de su alimentación, rica especialmente en krill (un crustáceo) y plancton. Además se caracteriza por ser un salmón muy rico en antioxidantes, con un sabor algo más pronunciado y de carne firme y suave. Por último, también se diferencia en el veteado. Los salmones de piscifactoría suelen tener vetas blancas de grasa, mientras que los salmones salvajes presentan una coloración mucho más uniforme. Alaska es un referente mundial en pesca sostenible. La Constitución del estado establece que la explotación de sus recursos naturales debe regirse por el principio del “rendimiento sostenido”. Esto significa que: La pesca está limitada por temporadas y cantidades. Se protege la biodiversidad marina. Se garantiza la disponibilidad futura de la especie. Cuando consumes salmón salvaje de Alaska, estás eligiendo un producto saludable y, al mismo tiempo, contribuyes a la preservación del medio ambiente.
¿Y si no puedo comprarlo fresco?
Aunque es cierto que consumir pescado fresco debería ser una prioridad, en muchas ocasiones no es tan sencillo como nos gustaría. Ya sea porque no hemos planificado bien la compra, porque nos hemos olvidado de descongelarlo, porque no disponemos del tiempo suficiente (o no tenemos el espacio) para cocinarlo fresco o porque los precios están algo disparados. En este tipo de situaciones el pescado en conserva puede ser una muy buena alternativa. Tener pescado en conserva es algo muy práctico y nos puede “salvar” de algún apuro. Además, también es una forma más fácil de comenzar a incorporar el pescado en la dieta de los más pequeños de la casa. Así que si, por la razón que sea, te cuesta incluir pescado en tu alimentación, esta puede ser una muy buena forma de hacerlo.
Algunas sugerencias donde incluir Salmón salvaje de Alaska:
Poke bowl con salmón salvaje de Alaska: ¿a quién no le gusta un poke bowl? Para el poke bowl normalmente se utiliza el pescado crudo, pero la verdad es que puede ser un poco tedioso prepararlo, ya que requiere que te acuerdes de congelarlo durante una semana y después prepararlo. Si utilizas pescado en conserva en su lugar, puedes tener un delicioso plato en pocos minutos.
Ensalada de salmón salvaje con cebolla encurtida y dukkah: cuando incorpores por primera vez el salmón salvaje a tus ensaladas verás cómo se va a convertir en tu conserva preferida. Intenta preparar una ensalada con escarola, remolacha cocida, cebolla roja encurtida, queso cottage, aceite de oliva virgen, vinagre, pimienta, sal y el ingrediente que lo va a llevar a otro nivel: el salmón salvaje en conserva.
Dip de salmón salvaje: el dip más rico y fácil de preparar. Para prepararlo simplemente mezcla el salmón salvaje, cebolla morada picada, cebollino picado, cilantro picado, perejil picado, mayonesa casera, jugo de limón, sal y pimienta. Puedes acompañarlo con crackers o con palitos de verduras.
Ensalada de pasta: la ensalada de pasta clásica se hace con atún o bonito en conserva. Pero ya sabes que nosotros somos más fans del salmón salvaje, así que simplemente prepara tu ensalada de pasta a tu modo habitual y cambia el atún por el salmón. Verás qué delicia…